La economía de Brasil podría crecer este año más de lo proyectado por el mercado financiero, según el Bank of America. Esto, a su vez, significaría impactos en la economía de Uruguay, no solo por su cercanía geográfica, sino también por la estrecha relación comercial que une ambos países.
La economía brasileña podría crecer hasta un 2,7% del Producto Bruto Interno (PBI) este año, según las estimaciones del jefe de análisis económicos para Brasil y América Latina del Bank of America, David Beker; a pesar de que las proyecciones oficiales apuntan a un 2,05% de mejora.
En una entrevista al diario Folha de Sao Paulo, el economista aseguró que “desde hace varios trimestres el mercado se sorprende al alza”, y que las perspectivas de mayor crecimiento están apoyadas en un desempleo muy bajo y una recuperación de los salarios con menos inflación, por un lado; y el ciclo crediticio, por el otro.
Si bien todavía queda pendiente el análisis respecto del impacto de las catastróficas inundaciones que sufrió el sur de Brasil —donde, en algunos sitios, el agua todavía no ha bajado—, lo que pone “un riesgo a la baja” en la estimación; Beker sostuvo que los datos mensuales de mayo, aún por publicarse, "mostrarán algo", por lo que se podrá “calibrar un poco mejor”.
“En todo caso, una de nuestras principales tesis es que el crecimiento este año es un crecimiento más uniforme, con un importante componente del consumo", concluyó.
Más crecimiento en Brasil, ¿más crecimiento en Uruguay?
Más allá de las divergencias políticas e ideológicas que puedan existir entre los gobiernos, la importancia que tiene Brasil para la economía uruguaya es innegable: es el principal destino de las exportaciones locales desde hace varios meses, superando a China y afianzándose en ese primer puesto con el paso del tiempo.
En ese sentido, los vehículos, la malta de cebada y los lácteos son los principales productos adquiridos en el país norteño. De hecho, Uruguay es el principal proveedor de leche en polvo de Brasil, un producto de primera necesidad en la mayoría de los hogares. Por lo tanto, una mejora en la economía como la que prevé Beker, de la mano de los salarios, el empleo y el consumo, son buenas noticias también para los productores locales que comercian más allá de la frontera.
A nivel más general también hay beneficios de que la economía brasileña crezca: como el socio más grande del Mercosur, la mejora puede significar también un impulso al bloque y, en ello, proyectos con los países que lo integran, Uruguay incluido. Al respecto, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva anunció a fines de abril la creación de una comisión interministerial para obras de integración en América del Sur, con un presupuesto de hasta 3.000 millones de dólares por parte del banco de desarrollo BNDES y de 10.000 millones de dólares por parte de los bancos multilaterales y de desarrollo.
Cabe recordar que el país ya trabaja en proyectos conjuntos con su vecino norteño, tales como la Hidrovía de Laguna Merín, fundamental para el comercio de frontera y clave para el desarrollo de los departamentos del norte uruguayo.
De todos modos, la atención estará puesta en el corto plazo en qué balance se hará a partir de las inundaciones, una cuestión que ya afecta también a la economía local con menores exportaciones, sobre todo hacia la zona sur de Brasil.
Consumo, inflación y dólar
El crecimiento de la economía brasileña apoyado mayormente en el consumo también puede generar impactos en Uruguay, más allá del comercio bilateral.
Es sabido que, al igual que los movimientos del dólar en Estados Unidos tienen un impacto directo en la cotización local, lo que sucede con el real también incide en el mercado cambiario uruguayo. Esto, al punto de que, en varias ocasiones, el comportamiento del dólar en relación al peso no siguió los lineamientos estadounidenses sino, más bien, se acopló a los movimientos regionales.
En este sentido, un aumento del consumo en Brasil puede llevar a una mayor presión sobre los precios, en un contexto en que el Banco Central de ese país —al igual que las autoridades monetarias de todo el mundo— trabaja fuertemente con la política monetaria para reducir la inflación post pandemia. Por ende, sería esperable que las tasas de interés permanezcan relativamente estables, sin mayores recortes, y que, por lo tanto, el real se mantenga fuerte en relación con el dólar.
En el mercado cambiario uruguayo, en consecuencia, esto sería un factor de incidencia adicional a la baja a la cotización local; todavía más pronunciado en caso de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos finalmente avance con algún recorte en las tasas, que se encuentran en su máximo rango histórico.