


El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que el índice de precios al consumidor (IPC) en Argentina alcanzó un 193% interanual en octubre, marcando su sexta desaceleración consecutiva. Este descenso se da después de una serie de medidas de ajuste fiscal implementadas por el Gobierno de Javier Milei, pero mantiene una drástica caída en el consumo interno.


En octubre, los precios al consumidor subieron un 2,7% en comparación con septiembre, lo que muestra una desaceleración frente al aumento del 3,5% registrado en el mes anterior, según la información que difundió este martes 12 de noviembre el Indec.
Esta cifra es la más baja desde noviembre de 2021, cuando la inflación mensual fue del 2,5%. Además, está muy por debajo de los picos de diciembre de 2023 y enero de 2024, cuando la inflación mensual alcanzó el 25,5% y el 20,6%, respectivamente.
El fuerte ajuste fiscal y monetario impulsado por el Gobierno ha sido clave para esta desaceleración. La eliminación de subsidios, la devaluación del peso argentino y una baja en el consumo contribuyeron a moderar el aumento de los precios, pero también han dejado profundas secuelas en la economía.
Impacto en bienes y servicios
El informe del Indec muestra que en octubre los precios de los bienes aumentaron un 2,1%, mientras que los servicios subieron un 4,3%. En comparación interanual, estas cifras ascienden a un 179,2% para los bienes y a un alarmante 233,1% en los servicios, reflejando las desigualdades en la evolución de los precios.
El incremento de precios en sectores clave como vivienda, agua, electricidad y gas fue del 5,4%, debido a la actualización de tarifas y alquileres. También hubo un aumento significativo en prendas de vestir y calzado, con una variación mensual del 4,4%. Sin embargo, el aumento más modesto fue en alimentos y bebidas no alcohólicas, con un 1,2% en relación con septiembre, lo que deja una tasa interanual del 183,2 % en este rubro.
Un consumo golpeado
Aunque la desaceleración de la inflación puede parecer positiva en el plano macroeconómico, para muchos argentinos el panorama es sombrío. La caída en el poder adquisitivo afectó severamente el consumo. Sectores como el alimentario han visto una drástica baja en la demanda.
"Las ventas han venido bajando mucho, quizá la gente viene más a comprar a diario, en pequeñas cantidades, y se nota la diferencia", comentó María Sunilda Correa, empleada en una pollería, a la agencia Reuters.
La situación es similar en carnicerías, donde la venta de carne de vacuno ha tocado su nivel más bajo en 13 años, según el informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).
Gabriel Segovia, un carnicero de Buenos Aires, lo resume: "El precio de la carne no ha subido estos meses porque hay muy poco consumo. Como baja el consumo, bajan también las ventas. Y bueno, es un poco complicado".
A pesar de la actual desaceleración, la inflación en Argentina sigue siendo una de las más altas del mundo. De acuerdo con los pronósticos del Banco Central, la inflación anual de 2024 rondará el 120%, con incrementos mensuales estimados del 2,9% en noviembre y del 3,2% en diciembre.
Estos datos sugieren que, aunque las medidas de austeridad han logrado frenar el ascenso de los precios, el panorama económico sigue siendo extremadamente complicado para gran parte de la población, con una pobreza que afecta a más de la mitad del país.
Con EFE y Reuters